Durante las últimas semanas la exposición «Molinos de agua en Chile, vestigios patrimoniales de una artesanía extinta», ha recorrido distintas ciudades del sur del país. La muestra expone los resultados de una investigación financiada por un Fondart Regional y llevada a cabo por los profesores Antonio Sahady, Marcelo Bravo y Carolina Quilodrán, del Instituto de Historia y Patrimonio de la FAU. A ellos se ha sumado Paloma Vila, académica de la Universidad Politécnica de Madrid y experta en el tema.
«Queremos mostrar la influencia de los molinos como patrimonio poco investigado. Gracias a un trabajo que venimos haciendo en la Facultad con el apoyo de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo, pudimos desarrollar un catastro de molinos chilenos», explica el profesor Marcelo Bravo.
La investigación catastró los molinos existentes entre las regiones de O’Higgins y Los Lagos, registrando hasta el momento treinta de estas construcciones. «Actualmente estas edificaciones se están vinculando mucho al turismo rural, como es el caso de los molinos de Pañul, la ruta de San Andrés, el molino de Pichidegua, que se asocia a la vendimia en la zona; y los molinos de Chiloé que se asocian con la fiesta molienda», indica Bravo.
La primera muestra se llevó a cabo a partir del 18 de marzo en el Museo del Colono Alemán de Frutillar, y contó con el apoyo de aquella institución, además del grupo de arte Lucarna y la Dirección de Extensión de la FAU. Desde el 31 de marzo, la exposición estará en el Museo Municipal de Castro, Chiloé; apoyada también por la Biblioteca Pública de la ciudad.
En paralelo a estas muestras, el equipo también realiza charlas en colegios de Frutillar y Castro. Tanto el proyecto como las exposiciones han tenido amplia cobertura en los medios locales y una gran aceptación por parte de las comunidades.