En nuestra querida FAUna universitaria, creemos que el Gato era uno de nuestros más queridos ejemplares. Nos va a hacer falta encontrarse con él en sus interminables caminatas en diagonal por la explanada, alertado por un walkie talkie y, más recientemente por un celular. Un gato todo terreno, que con su mirada verdeazul aquietaba los ánimos nerviosos y resolvía problemas de la más variada domesticidad. El mismo era un gato doméstico a toda prueba. Querido por todos. Nadie como él cuidó mejor de nuestra Facultad y siempre terminaba por imponer su mansedumbre de hombre bueno. Se ha ido nuestro gato regalón.
No te olvidaremos, Edgardo, gato querido.
Los miembros del Instituto de Historia y Patrimonio
(Palabras de Antonio Sahady)