El pasado jueves 12 de mayo de 2022, la profesora María Paz Valenzuela y el profesor José Marcelo Bravo, ambos pertenecientes a nuestro Instituto, expusieron en el IX Congreso Internacional sobre Patrimonio Industrial. Tendencias y nuevas representaciones. Este evento científico desarrollado entre los días 11 al 13 de mayo de 2022, fue patrocinado por el Colegio de la Frontera Norte, CONACYT-México, Universidad de Nueva León y Gobernación de Nueva León.
La exposición a cargo de la profesora y arquitecta María Paz Valenzuela Blossin, se titula “Habitar el territorio magallánico desde la producción industrial”, la cual se enmarca espacialmente en el extremo austral de Chile, el que se caracteriza por poseer un paisaje y una naturaleza fuertes y excepcionales, además de ser un territorio de singular poblamiento. Si bien este territorio fue descubierto en 1520 mantuvo su condición natural e ignota hasta la segunda mitad del siglo XIX, momento en que la República de Chile toma posesión oficial del Estrecho de Magallanes e inicia el poblamiento de la región con la fundación de Punta Arenas en 1848.
La zona se hizo conocida no solo por su condición de paso obligado entre los océanos y la facilidad para el comercio naviero, sino también por la calidad de sus pastos aptos para la crianza de ganado lanar, lo que le permitió ser parte de la expansión industrial sajona. De esta forma el paisaje natural acogió grandes rebaños de ovejas y las intervenciones propias de la explotación industrial entregándonos un nuevo paisaje de la producción, el que se tradujo en un interesante y propio desarrollo cultural.
Este territorio ignoto y poblado aún por sus habitantes ancestrales fue colonizado, no bajo la forma tradicional hispana presente en todo el territorio nacional, sino desde la explotación industrial en base a la instalación de las estancias. Estos conjuntos se caracterizaban por estar operativos solo en temporada de esquila, quedando desiertos, salvo su cocina, durante todo el año. Fue esta condición, sumada al trabajo de hombres solos que laboraban como esquiladores u ovejeros, lo que dificultó un poblamiento permanente, situación que aún hoy se mantiene, habiendo escasos centros poblados en esa vastísima región.
Sin embargo, la tradición de la hospitalidad magallánica, de acoger siempre al viajero, nacida de aquella cocina de la estancia que nunca apagaba sus fuegos se mantiene. Parece importante detenerse en estas costumbres sociales que de manera anónima aún perduran.
Por otro lado, el profesor Marcelo Bravo expuso la ponencia “Molino de Culiprán. Remanente de un vernáculo patrimonio industrial y de la reforma agraria en el secano melipillano (Melipilla, Chile)” en conjunto con la alumna de Arquitectura, Srta. Javiera Cornejo.
Esta ponencia tiene como fundamento que, desde la antigüedad, el agua ha sido un recurso elemental para la subsistencia de diferentes sociedades, esto no solo cumple una función como dador de vida, sino que también ha permitido que ingeniosos desarrollasen artilugios utilizando el recurso dando paso a la creación del patrimonio hidráulico, este se encuentra conformado por un sinfín de ingenios entre los cuales destacan los molinos de agua, los cuales fundamentalmente se encargaron del trabajo de molienda, y en muchos casos, tuvieron influencia en la formación del paisaje y en la configuración de un nuevo tipo de arquitectura autóctona y tradicional, cargada de identidad e historia local, creada por la necesidad de generar una base de alimentación para la sociedad agrícola.
Es el caso del molino “El Inglés”, emplazado en la localidad de Culiprán (Melipilla, Chile), cuyo edificio se encuentra en situación desamparada y en franca decadencia. Sin embargo, esta rústica construcción en su tiempo de plena operación, logró superar las condiciones geográficas que impone el tradicional secano o rulo costero, siendo con ello un lugar habitual de encuentro comunitario (Céspedes, 2014). Es así que, a mediados de la década del sesenta, este molino no solo sirvió como punto de reunión campesina, sino que también fue base en la reforma agraria de la zona central de Chile.
Por ello, no es de extrañar que sea mencionado exiguamente en textos locales y añorado en la memoria culiprinina de sus antiguos residentes. Sin embargo, la inexistencia de documentos históricos y arquitectónicos que hablen sobre sus particularidades patrimoniales, tanto tangibles como intangibles y el aporte que puede significar su investigación, en relación a la molinología en Chile, hacen de él ser estudiado como digno ejemplo del patrimonio industrial, histórico e hidráulico de este enclave rural melipillano.
Finalmente, este congreso se realizó de manera presencial en las sedes académicas tanto del Antiguo Palacio Federal, (Laboratorio Cultural Ciudadano) como de la Escuela Adolfo Prieto (Monterrey, México). Análogamente se desarrolló también en modalidad virtual, por medio de las plataformas digitales de YouTube y Facebook Live.
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